De Accra a Libia y de regreso: Un futuro más próspero en el lugar de origen

Mi nombre es Kwame Amponsah. Tengo 44 años, soy nacional de Ghana y vivo con mi esposa y un hijo en Sunyani.  

Me fui de Ghana en el 2000 con la intención de prosperar. Antes de viajar a Libia trabajaba como operador de moto sierra. Viaje por muchas rutas no autorizadas hacia Libia con el propósito de seguir luego rumbo a Italia, España o Malta en el supuesto caso de que no me fuera bien en Libia.  

Durante siete años viví y trabajé en Libia como yesero. La vida era muy difícil para mí allí; hice tres viajes de vuelta a Ghana y de regreso a Libia entre 2007 y 2012.  


IOM

En 2012 viajé nuevamente a través de rutas muy peligrosas no autorizadas hacia Níger y me establecí en Libia. Debido a mi familiaridad con la ciudad, fue muy fácil asegurarme un trabajo. Trabajé en Sabhā para juntar algo de dinero que me ayudaría a organizar mejor mi viaje a Italia, pero lamentablemente padecí demoras y desiluciones gracias a los “intermediarios”.  

Un día un compatriota a quien yo había ayudado a establecerse en Libia me tiró ácido porque me consideraba una amenaza y una competencia para él por lo bueno que yo era en lo que hacía y el buen vínculo que tenía con mi jefe libio. Sufrí mucho a causa de este incidente. Necesité tratamiento médico. No pude desplazarme por mis propios medios y me convertí en una carga para las personas de mi entorno.  

Mi situación empeoró cuando no pude acceder a cuidados médicos porque no contaba con documentación oficial; esta situación me llevó a depender del auto tratamiento como única opción para mí. Mi piel se iba deteriorando con gran rapidez debido a que los cuidados médicos no eran los adecuados y eso me podría haber costado la vida.  

Tuve que viajar a Trípoli para acceder a cuidados de la salud, intentando no atraer demasiado la atención de las autoridades. Ese viaje a Trípoli fue extremadamente complicado. Pasamos casi cinco días en la ruta, 30 personas apretujadas en una camioneta Hilux.  


IOM

Me reuní con mi tío en Trípoli. Su chofer estuvo de acuerdo en ayudarme a acceder a tratamiento médico usando sus documentos. El médico me revisó y me informó que tenía que amputarme la pierna. No tenía más opción, de modo que di mi consentimiento. Más tarde, mi tío y yo fuimos arrestados luego de que la policía descubriera el fraude con los documentos. Si bien fuimos liberados, tome la decisión de regresar a mi casa.  

Me puse en contacto con la OIM y ellos fueron los que me rescataron. Regresé a Ghana en silla de ruedas en 2018 y con la pierna amputada.  

Hoy mi esposa y yo tenemos un negocio de calzado: fabricamos, arreglamos y vendemos zapatos. Estoy contento de haber tomado la decisión de regresar a Ghana tras haber superado tantos obstáculos, incluyendo mi discapacidad, y poder hoy darles esperanzas a los demás. ¡Discapacidad no es incapacidad! No nací así y puesto que fue un accidente, decidí no focalizarme en esa desgracia; hoy me siento bien.  

“Estoy feliz de haber decidido retornar a Ghana y de haber podido superar tantos obstáculos, entre ellos mi discapacidad, además de poder dar esperanza a otros. ¡La discapacidad no es incapacidad!”.