Cuando tenía tan solo 17 años, cargó el miedo de convertirse en madre, y más aún que el padre de su bebé la abandonara. 

Después del nacimiento de su hijo apenas si podía llegar a fin de mes en su ciudad natal, Dakar, Senegal. Gobado tenía más que claro que necesitaba cuanto antes apoyo financiero para poder sobrevivir junto a su hijo. 

“En febrero de 2016 me fui a Noruega para encontrar al padre, quien me había abandonado durante mi embarazo en 2014”, cuenta Gobado. 

Sin embargo, una vez en Noruega los planes no salieron como esperaba. En los primeros días de su estadía en Noruega, Gobado se encontró en una situación irregular y vulnerable, puesto que el padre de su hijo no quiso reconocer su responsabilidad parental. 

Luchando una vez más en una tierra extraña y con mínimas posibilidades de conseguir el sustento necesario para ella y su hijo, Gobado tomó la decisión de regresar a su hogar con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a través del Programa de Retorno Voluntario Asistido de Noruega (VARP). 

Gracias al apoyo financiero recibido de la OIM como parte de su asistencia de reintegración comenzó con su propio negocio de importación y exportación de textiles. “Esto me brindó una segunda oportunidad y me permitió empezar mi vida desde cero en Senegal”, explica. 

Mientras se encontraba en Senegal Gobado se mantuvo firme en su decisión de buscar justicia para su hijo. En 2018 inició un proceso legal contra el padre de su hijo en Noruega, demandándolo por el reconocimiento parental. A pesar de recibir amenazas y varios intentos de obstrucción del proceso legal, Gobado, que ahora tenía 21 años, no se sintió intimidada y continuó su batalla legal con coraje. Luego de contratar a un abogado y solicitar una prueba de ADN el padre fue condenado eventualmente a pagar una pensión alimentaria mensual para la manutención de su hijo. 

Dejando atrás su batalla legal, Gobado siguió con su vida, estableciendo una consultora que buscaba brindar apoyo a madres solteras que estaban criando solas a sus hijos. 

“Ahora que yo he podido finalmente superar todos esos desafíos, decidí abrir una consultora para darle a otras madres solteras el apoyo emocional y moral que necesiten, acompañándolas a través de los procedimientos administrativos necesarios para reivindicar sus derechos y los de sus hijos”, señala. 

Gobado está también construyendo su casa y allanando de tal manera el camino hacia un futuro brillante y estable para su hijo. “Tengo muchas ganas de terminar pronto la casa y de contar con un medio de subsistencia digno para mí y para mi hijo, tal como debe ser”.