“Estoy muy agradecida por todo lo que Kirguistán me ha ofrecido y siento que he crecido mucho como persona”, dice Ayesha.
Desde que era pequeña, Ayesha soñaba algún día convertirse en médica. Originaria de Pakistán, concretó la posibilidad de continuar con sus estudios en la cercana Kirguistán, con mucha ansiedad por descubrir una nueva cultura y lograr cierta independencia.
Ha estado estudiando en la Universidad Internacional de Kirguistán en los últimos dos años y medio. “Ha sido un viaje increíble hasta este momento”, dice. “Kirguistán es un país fantástico que tiene mucho para ofrecer a los estudiantes internacionales. He tenido la oportunidad de explorar hermosos paisajes, de visitar sitios de interés histórico, y de aprender sobre la rica historia y las tradiciones de las personas de este lugar. Incluso he aprendido un nuevo idioma mientras estuve aquí, lo cual ha sido una excelente manera de conectarme con los residentes locales y aprender más sobre su cultura”.
Si bien ella se siente realizada con el actual capítulo de su vida, Ayesha admite que no hay mejor lugar que el propio hogar. “Estoy lejos de mi familia y extraño mucho a mis padres”, explica. También extraña mucho la cocina de su madre pero está muy emocionada porque ha encontrado un negocio local en el cual puede comprar las especias que necesita para preparar comida pakistaní en Kirguistán.
Si bien siente una gran nostalgia por los sabores de sus platos favoritos de la infancia, ha llegado también a amar el sabor de la comida de Kirguistán. “Los platos tradicionales son deliciosos y muy especiales, y he podido probar muchas cosas nuevas”, relata.
Estando a mitad de camino en sus estudios, Ayesha siente cada vez más a Kirguistán como su hogar. “La hospitalidad de la gente en este lugar es asombrosa. Todo el mundo es muy amistoso y te hace sentir bien y he podido hacer algunas amistades muy buenas”.
Impulsada por su sueño de larga data de regresar a Pakistán convertida en médica, Ayesha está muy ansiosa de descubrir lo que el futuro le depara.